martes, noviembre 27, 2007

SE TRATA

No sólo de espacio o tiempo,
no de ahora ni de ayer,
no de otoños que huyen silbando por lo bajo,
más gélidos que los inviernos que cristalizan lágrimas
o primaveras que disfrazan verdades.
(no puedo creer que te consueles)
No de vos quizás de mí,
seguramente de eso.
De constantes ganas de gritar/te/me/les.
No de carencia de abrazos, sino de exceso.
De los que están ahí, o acá, envueltos.
("¿los querés para regalo?")
No de no saber cómo, nunca por eso, sino de no saber para qué.
No de no sonreír,de hacerlo poco.
No de no querer, sino que, demasiado.
No de ceguera sino de ojos blindados.
No de miedo, hablemos mejor de pánico o terror.
No de frío, sí de asfixia.
No de intransigencia,quizás escasa tolerancia.
No de odiar, más bien de no poder sostener que no aguantás mirarte.
De pensar sintiendo.
y de no poder disociar ambas
(nunca podés).
Tanta impotencia en habitarte.
y tanto abismo.
Cuánta desidia en tu piel.
Mutando inadvertidamente en cuerpo hueco,
envoltura vacía,
sala de espera de la vida.



Pero sucede que, todavía, te estremece
el viento pegándote de frente,
la risa estrepitosa,
los abrazos que llegan de espaldas abruptos y sin frenar,
los que te hacen imaginar el mundo un poco utópico,
los que yiran tarareando canciones que luego contagian tus pasos siguientes,
los que aún se dejan conmover por la ternura (son tan pocos,ergo,valen tanto),
los perfumes que te recuerdan a personas,
las personas que te recuerdan a través de los años,
los gestos que casi ni se sienten,
los que aman de verdad,
los que son amados,
los que invierten el alma cuando dejan el cuerpo,
los que pelean,
los que levantan una flor al pasar, o una hoja.
Los que están tan desprovistos de maldad.
Los que saben llover, los que llueven.
Los que se vuelven arco iris.
Los solitarios de las plazas, los del río.
Los que regalan alas, abrazos y besos.
Los que creen en lo que profesan,
los que son un atentado a tu seguridad.
Los de miradas que gritan,
los cabizbajos,
los invisibles,
los desolados.
Los que no encuentran lugar,
los que no saben dónde,
los que no entienden lo que hay,
los ciudadanos del mundo,
los de ninguna parte.
Los que te arrebatan frases que intentan y no logran, describir la inmensidad,
los que generan la furia o el encantamiento de un "putamadrenososdeacáytuvidaesunainjusticiacasiundescuidoperomenosmal".


Y no de lo anterior, sino de esto último.
De eso se trata.

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