martes, enero 29, 2008

Frágilinvencible







Sabés qué?
Tenías razón.
No cambié nada.
Sigo siendo una nena vulnerable y orgullosa.
Mi corazón tiene capacidades transoceánicas, pero mis demostraciones no llegan ni al tercio.
Mi dramatismo es gracioso no?
Si me avergüenzo no puedo sostenerte la mirada.
Hay más fuerza en mis palabras cuando no me ves.
Pero si me mirás estoy desnuda.
Así que, por favor, no me mires.
Tengo miedo a encontrarme.


No soy resentida, nunca lo fui, soy justa.
Y sincera, conmigo.
Primero.
Después con vos, y vos y vos, y vos.
Pienso mucho, sí.
No soportarías estar por un segundo en mi cabeza.
Siento mucho, sí.
No vivirías ni media vida latiendo así.


Me sonrio bastante, me rio poco
y no soy tan compleja como se trasluce.

Si me preguntás qué prefiero,
te diría que hablar hasta quedarnos dormidos después de haber cruzado el puente (metafísico). Pero nunca digo absolutamente todo lo que quisiera.
Mi paranoia me dice que te reirías ,
en el peor de los casos, podrías compadecerme.
Siempre disfruto lo que algunos rotulan de nimiedad.
Siempre guardo lo que menos importa en lo profundo.
Vos sabés lo feliz que soy con poco,
guardás ese secreto con vos mientras el resto que finge conocerme me pretende inconformista.


Nunca te dije que te quería.
Ahora me estoy rehabilitando, eso no sabías.
Se me fue de a poco ese bloqueo.
¿Te acordás cuando sólo podía escribirlo?,
soltarlo sin ahogarme era demasiado.


Perdoname, no podía permitirte que te robaras mi mitad, era la única que tenía, era lo único.