domingo, octubre 01, 2006


El insomnio que me lleva a encontrarme en palabras ajenas


" Por otra parte, si hubiera que tamizar mis actos, ese tamiz a emplearse debería llamarse Sufrimiento. Soy un hombre que ha padecido mucho. No negaré que dichos padecimientos han encontrado su origen en mi exceso de sensibilidad, tan agudizada que cuando me encontraba frente a alguien he creído percibir hasta el matiz del color que tenían sus pensamientos, y lo más grave es que no me he equivocado nunca. Por el alma del hombre he visto pasar el rojo del odio y el verde del amor, como a través de la cresta de una nube los rayos de luna más o menos empalidecidos por el espesor distinto de la masa acuosa. Y personas hubo que me han dicho:
-¿Recuerda cuando usted, hace tres años, me dijo que yo pensaba en tal cosa? No se equivocaba.
He caminado así, entre hombres y mujeres, percibiendo los furores que encrespaban sus instintos y los deseos que envaraban sus intenciones, sorprendiendo siempre en las laterales luces de la pupila, en el temblor de los vértices de los labios y en el erizamiento casi invisible de la piel de los párpados, lo que anhelaban, retenían o sufrían. Y jamás estuve más solo que entonces, que cuando ellos y ellas eran transparentes para mí."
Del cuento "El Jorobadito" de Roberto Arlt.
Yo pido perdón a gritos aunque mi voz ya no se oiga, porque creo haber perdido el don o en su defecto, haber dejado de cultivarlo.
Porque hoy todo lo que puedo ver es mi color/incolor o mi falta de matices.
Y vengo incluso siendo tan egoísta que ya no distingo mas que su transparencia y ya no puedo descifrar sus más íntimas aflicciones.
Lo escribo acá, porque no sé si entenderían que el poder estar para ustedes era gran parte de lo que me hacía sentir mínimamente valiosa.
Y yo hoy no estoy, y no estoy para nadie, porque sobretodo, no estoy para mí.
Y necesito abrazarlos a todos y prometerles que voy a estar, que me esperen, y cumplirlo.
Y que los quiero, y que eso no es ningún privilegio, pero sí en mi país, porque Tania no quiere a cualquiera, o eso creo.
Porque la verdad es que me cuesta querer y sin embargo los quiero.
Porque yo no quiero seguir atrayendo esa gente que me ve como el monumento a la felicidad/tranquilidad, quiero quedarme con los que saben que soy una caja de frustraciones y me aceptan así.
Quiero brillar de nuevo y será cuestión de tiempo.

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