Me encantaría por ejemplo,
escribirte,
pensar en vos,
necesitarte de a ratos,
quererte en demasía antes de que nazca incluso la necesidad de la que hablo,
poder nombrar cuánto me conmovés,
y a tu manera tan peculiar,
que no es tal además
porque mi conmoción surge cuando sos vos
sin jugar a intentar ser lo que presentís que yo o el común de las mujeres adoraríamos que fueras.
Que no es una carta escrita,
una cena hecha con amor,
chocolates que empiezan por saciar el alma
ni que te aparezcas de visita y de improvisto.
Todas esas cosas no forman tu conjunto,
no te delinean,
no alcanzan a definir que lo que yo quería decir es que,
vos mirás, y entonces adentro mío los cataclismos y las lágrimas internas,
los perdones que no te pido,
los adioses que no te doy,
porque cuando vos me mirás yo siento que me quiebro bien profundo,
que tengo que abrazarte,
que tengo que agradecerte,
y pedirte que te vayas
y decirte que yo no creo poder merecer que vos me mires así,
que vos me sientas así,
y que cuando mires me lo estés diciendo.
. Crecer Sin Querer
lunes, abril 07, 2008
lunes, marzo 10, 2008
martes, enero 29, 2008
Frágilinvencible
Sabés qué?
Tenías razón.
No cambié nada.
Sigo siendo una nena vulnerable y orgullosa.
Mi corazón tiene capacidades transoceánicas, pero mis demostraciones no llegan ni al tercio.
Mi dramatismo es gracioso no?
Si me avergüenzo no puedo sostenerte la mirada.
Hay más fuerza en mis palabras cuando no me ves.
Pero si me mirás estoy desnuda.
Así que, por favor, no me mires.
Tengo miedo a encontrarme.
No soy resentida, nunca lo fui, soy justa.
Y sincera, conmigo.
Primero.
Después con vos, y vos y vos, y vos.
Pienso mucho, sí.
No soportarías estar por un segundo en mi cabeza.
Siento mucho, sí.
No vivirías ni media vida latiendo así.
Me sonrio bastante, me rio poco
y no soy tan compleja como se trasluce.
Si me preguntás qué prefiero,
te diría que hablar hasta quedarnos dormidos después de haber cruzado el puente (metafísico). Pero nunca digo absolutamente todo lo que quisiera.
Mi paranoia me dice que te reirías ,
en el peor de los casos, podrías compadecerme.
Siempre disfruto lo que algunos rotulan de nimiedad.
Siempre guardo lo que menos importa en lo profundo.
Vos sabés lo feliz que soy con poco,
guardás ese secreto con vos mientras el resto que finge conocerme me pretende inconformista.
Nunca te dije que te quería.
Ahora me estoy rehabilitando, eso no sabías.
Se me fue de a poco ese bloqueo.
¿Te acordás cuando sólo podía escribirlo?,
soltarlo sin ahogarme era demasiado.
Perdoname, no podía permitirte que te robaras mi mitad, era la única que tenía, era lo único.
Sabés qué?
Tenías razón.
No cambié nada.
Sigo siendo una nena vulnerable y orgullosa.
Mi corazón tiene capacidades transoceánicas, pero mis demostraciones no llegan ni al tercio.
Mi dramatismo es gracioso no?
Si me avergüenzo no puedo sostenerte la mirada.
Hay más fuerza en mis palabras cuando no me ves.
Pero si me mirás estoy desnuda.
Así que, por favor, no me mires.
Tengo miedo a encontrarme.
No soy resentida, nunca lo fui, soy justa.
Y sincera, conmigo.
Primero.
Después con vos, y vos y vos, y vos.
Pienso mucho, sí.
No soportarías estar por un segundo en mi cabeza.
Siento mucho, sí.
No vivirías ni media vida latiendo así.
Me sonrio bastante, me rio poco
y no soy tan compleja como se trasluce.
Si me preguntás qué prefiero,
te diría que hablar hasta quedarnos dormidos después de haber cruzado el puente (metafísico). Pero nunca digo absolutamente todo lo que quisiera.
Mi paranoia me dice que te reirías ,
en el peor de los casos, podrías compadecerme.
Siempre disfruto lo que algunos rotulan de nimiedad.
Siempre guardo lo que menos importa en lo profundo.
Vos sabés lo feliz que soy con poco,
guardás ese secreto con vos mientras el resto que finge conocerme me pretende inconformista.
Nunca te dije que te quería.
Ahora me estoy rehabilitando, eso no sabías.
Se me fue de a poco ese bloqueo.
¿Te acordás cuando sólo podía escribirlo?,
soltarlo sin ahogarme era demasiado.
Perdoname, no podía permitirte que te robaras mi mitad, era la única que tenía, era lo único.
miércoles, diciembre 26, 2007
martes, noviembre 27, 2007
SE TRATA
No sólo de espacio o tiempo,
no de ahora ni de ayer,
no de otoños que huyen silbando por lo bajo,
más gélidos que los inviernos que cristalizan lágrimas
o primaveras que disfrazan verdades.
(no puedo creer que te consueles)
No de vos quizás de mí,
seguramente de eso.
De constantes ganas de gritar/te/me/les.
No de carencia de abrazos, sino de exceso.
De los que están ahí, o acá, envueltos.
("¿los querés para regalo?")
No de no saber cómo, nunca por eso, sino de no saber para qué.
No de no sonreír,de hacerlo poco.
No de no querer, sino que, demasiado.
No de ceguera sino de ojos blindados.
No de miedo, hablemos mejor de pánico o terror.
No de frío, sí de asfixia.
No de intransigencia,quizás escasa tolerancia.
No de odiar, más bien de no poder sostener que no aguantás mirarte.
De pensar sintiendo.
y de no poder disociar ambas
(nunca podés).
Tanta impotencia en habitarte.
y tanto abismo.
Cuánta desidia en tu piel.
Mutando inadvertidamente en cuerpo hueco,
envoltura vacía,
sala de espera de la vida.
Pero sucede que, todavía, te estremece
el viento pegándote de frente,
la risa estrepitosa,
los abrazos que llegan de espaldas abruptos y sin frenar,
los que te hacen imaginar el mundo un poco utópico,
los que yiran tarareando canciones que luego contagian tus pasos siguientes,
los que aún se dejan conmover por la ternura (son tan pocos,ergo,valen tanto),
los perfumes que te recuerdan a personas,
las personas que te recuerdan a través de los años,
los gestos que casi ni se sienten,
los que aman de verdad,
los que son amados,
los que invierten el alma cuando dejan el cuerpo,
los que pelean,
los que levantan una flor al pasar, o una hoja.
Los que están tan desprovistos de maldad.
Los que saben llover, los que llueven.
Los que se vuelven arco iris.
Los solitarios de las plazas, los del río.
Los que regalan alas, abrazos y besos.
Los que creen en lo que profesan,
los que son un atentado a tu seguridad.
Los de miradas que gritan,
los cabizbajos,
los invisibles,
los desolados.
Los que no encuentran lugar,
los que no saben dónde,
los que no entienden lo que hay,
los ciudadanos del mundo,
los de ninguna parte.
Los que te arrebatan frases que intentan y no logran, describir la inmensidad,
los que generan la furia o el encantamiento de un "putamadrenososdeacáytuvidaesunainjusticiacasiundescuidoperomenosmal".
Y no de lo anterior, sino de esto último.
De eso se trata.
No sólo de espacio o tiempo,
no de ahora ni de ayer,
no de otoños que huyen silbando por lo bajo,
más gélidos que los inviernos que cristalizan lágrimas
o primaveras que disfrazan verdades.
(no puedo creer que te consueles)
No de vos quizás de mí,
seguramente de eso.
De constantes ganas de gritar/te/me/les.
No de carencia de abrazos, sino de exceso.
De los que están ahí, o acá, envueltos.
("¿los querés para regalo?")
No de no saber cómo, nunca por eso, sino de no saber para qué.
No de no sonreír,de hacerlo poco.
No de no querer, sino que, demasiado.
No de ceguera sino de ojos blindados.
No de miedo, hablemos mejor de pánico o terror.
No de frío, sí de asfixia.
No de intransigencia,quizás escasa tolerancia.
No de odiar, más bien de no poder sostener que no aguantás mirarte.
De pensar sintiendo.
y de no poder disociar ambas
(nunca podés).
Tanta impotencia en habitarte.
y tanto abismo.
Cuánta desidia en tu piel.
Mutando inadvertidamente en cuerpo hueco,
envoltura vacía,
sala de espera de la vida.
Pero sucede que, todavía, te estremece
el viento pegándote de frente,
la risa estrepitosa,
los abrazos que llegan de espaldas abruptos y sin frenar,
los que te hacen imaginar el mundo un poco utópico,
los que yiran tarareando canciones que luego contagian tus pasos siguientes,
los que aún se dejan conmover por la ternura (son tan pocos,ergo,valen tanto),
los perfumes que te recuerdan a personas,
las personas que te recuerdan a través de los años,
los gestos que casi ni se sienten,
los que aman de verdad,
los que son amados,
los que invierten el alma cuando dejan el cuerpo,
los que pelean,
los que levantan una flor al pasar, o una hoja.
Los que están tan desprovistos de maldad.
Los que saben llover, los que llueven.
Los que se vuelven arco iris.
Los solitarios de las plazas, los del río.
Los que regalan alas, abrazos y besos.
Los que creen en lo que profesan,
los que son un atentado a tu seguridad.
Los de miradas que gritan,
los cabizbajos,
los invisibles,
los desolados.
Los que no encuentran lugar,
los que no saben dónde,
los que no entienden lo que hay,
los ciudadanos del mundo,
los de ninguna parte.
Los que te arrebatan frases que intentan y no logran, describir la inmensidad,
los que generan la furia o el encantamiento de un "putamadrenososdeacáytuvidaesunainjusticiacasiundescuidoperomenosmal".
Y no de lo anterior, sino de esto último.
De eso se trata.
Etiquetas:
Declaración de principios
martes, noviembre 13, 2007
lunes, noviembre 12, 2007
Sería abrupto incluso grotesco decirte que te amo.
Sé que no es más que un acto absurdo e insolente dejar escapar tamaña frase.
Las palabras no saben nunca adecuarse a mis sentimientos.
Sólo sé mirarte, quedarme así, abrirte las puertas desde mi retina, intentar atraparte, eternizarte ahí.
Sólo sé mirarte, quedarme así, abrirte las puertas desde mi retina, intentar atraparte, eternizarte ahí.
¿Alguna vez entendiste mi silencio superpuesto a tus palabras? prefiero observarte mientras todo lo que no te digo se enfurece desde lo más profundo.
Extiendo mi boca, así de grande ves? y grito, te grito, pero vos no me escuchás.
No hay sonido que te alcance ni siquiera a rozar, soy esto casi imperceptible que no sabe cómo conmoverte.
Soledades infinitas, abrazos huecos, y todo lo que no sé nombrar.
Esto que hoy huele a tu nombre, a tus cosas, a tu andar.
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